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Por el A.I. Leandro Plotinsky
Miembro del Comité de
Titulos
y
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FIDE |
En los apuros de tiempo ocurre frecuentemente
que los jugadores, generalmente por la premura con que deben
realizar las jugadas, desplazan (o desacomodan, o directamente
voltean) una o varias piezas del tablero y, al mismo tiempo, oprimen
el reloj.
El rival del infractor, si conoce el reglamento,
aplica el articulo 7.3 de Las Leyes del Ajedrez.
Veamos. Art.
7.3:
Si un jugador
desplaza una o más piezas, deberá restablecer la posición correcta
con su propio tiempo. Si es necesario, el rival tiene el derecho de
poner en marcha el reloj del infractor, sin efectuar jugada alguna,
para asegurar que la posición correcta se restablece con el tiempo
del infractor.
Es claro que el reglamento le permite al jugador
oprimir el reloj del infractor para que con su tiempo restablezca la
posición. Esto origina la siguiente situación: en un apuro de tiempo
los segundos transcurridos en el reloj del jugador rival del
infractor -antes de que él oprimiera el reloj para que el infractor
componga las piezas- pueden ser definitivos.
¿Qué se hace en estos casos?
Como siempre, Las Leyes nos responden. El
Artículo 13 - "La función del arbitro" – en sus puntos 3 y 4
establecen:
Art.
13.3
El árbitro
presenciará las partidas, especialmente cuando los jugadores estén
apurados de tiempo, hará cumplir las decisiones que tome e impondrá
sanciones a los jugadores cuando corresponda.
Art. 13.
4
Las sanciones
que el árbitro puede imponer incluyen:
(a) advertir ó amonestar,
ó
(b) incrementar el tiempo
restante del rival del infractor, ó
(c) reducir el tiempo restante al
infractor, ó
(d) declarar la partida perdida,
ó
(e)
expulsar de la competencia.
El artículo 13.3 obliga al árbitro a intervenir
aún cuando no se lo reclamen. De oficio.
Y el artículo 13.4 permite que se sancione al
infractor, y sobretodo, se compense el tiempo del rival del
infractor. En estos casos extremos se puede aplicar directamente la
opción (b) del articulo 13.4.
Es obvio que si se dispone de relojes
electrónicos las cosas se facilitan. Pero el espíritu es el
mismo.
Es evidente que a estas
situaciones "casi siempre" se llega debido a los apuros extremos.
Aunque a veces la personalidad o intención de los jugadores hace lo
suyo. En el Círculo de Ajedrez Torre Blanca hay un caso real
demostrativo de esto y conectado con lo que un ajedrecista puede o
no hacer con su tiempo.
El arbitro fue urgentemente convocado por un
jugador que se quejaba de la conducta de su rival. Al llegar a la
mesa y tratar de componer amistosamente la situación se entera que
el infractor cuidadosamente fabricaba unas pelotitas con papelitos
de caramelos y, como jugando a la bolita, se las arrojaba al
rival.
"Héctor, ¡una persona correcta como vos no puede
hacer eso!" – observó el arbitro.
"¿Porqué no? Si lo hago solamente con mi tiempo
... "
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